sábado, 30 de enero de 2016

Cuando decidí ser tu puta para siempre......

Perseida sabía que habría un antes y un después de aquella tarde. Todavía recordaba lo que había pasado. Aquel casi desconocido se había apoderado de su cuerpo. En aquella tarde había descubierto que el sexo con intensidad sería ya parte de su vida. Una nueva sensación había descubierto.

Aquel cabrón, como luego me llamó, la folló con unas ganas inmensas, con unas ansias salvajes. Nunca nadie la había tratado así. Los primeros momentos iniciales para tantear, sirvieron para una follada salvaje e inolvidable. Ella no dejaba de recordar que le gustaba mucho comer una polla, pero aquel hombre, le folló la boca, estaba empeñado en agarrarle la cabeza, y clavarle la polla hasta el fondo de su garganta. En algunas conversaciones que habían tenido, ella le había mostrado su preferencia como gran adoradora y lamedora de una polla que le gustase, pero esto era distinto y ella lo entendió y le gustó: Siempre ella ganaba la partida, siempre derrotaba a los hombres con su boca, pero este tío, se hizo dueño de su cotizada arma sexual, y pasó de poseer a ser poseída. Ahí empezó todo.

Durante más de 20, aquel hombre casi le atragantó varias veces. Ella no entendía muy bien tanto ímpetu, pero, como ella después confirmó, su coño no dejaba de mojarse cada vez que él imprimía más fuerza y la polla llegaba más al fondo de la garganta. Era una nueva sensación. Casi ahogada, la polla muy mojada, esa saboreando, y los ojos vidriosos y llorosos. Todo nuevo, todo distinto, todo intenso. 

Y él le azotó, sí, en uno de esos momentos, él le pegó fuerte en su culo. Y ella no rechistó. Se limitó a recibir aquellas palmadas fuertes. En ese momento, recordaba que todos los hombres que pasaron por su vida, fuesen amigos, amantes o ex-novios, con todos el sexo fue más tradicional. Sin embargo algo era distinto ya. Una sensación nueva esa tarde invadía aquel dormitorio. 

Y tras esos momentos iniciales él, le empezó a comer el coño como si fuese a devorarlo, sí, con garra, casi mordiéndolo, y ella sentía que se iba, una y otra vez porqué era multiorgásmica y su clítoris hacía aguas por aquella intensidad desbordante, hasta ahora desconocida. Un casi extraño, apropiándose de su cuerpo, de cada centímetro cada vez que hacía algo. Le habían follado muchos hombres, en realidad, ella a ellos, pero éste era distinto. Le estaba follando él a ella, no le dejaba tomar ninguna iniciativa, se sentía invadida, sin capacidad de acción, pero le gustaba. Y cada momento sexual era ir ganando más y más intensidad.

Cuando llegó el momento de follar, él la ordenó ponerse a cuatro patas en la cama, y empezó a clavarle la polla así. En principio no parecía nada extraño, hasta que ella notó que en realidad la estaba follando pero embistiendo. Se estaba ensañando con cada golpe de polla en su coño. Y ella lo notaba, y a ella le gustaba. Otra nueva sensación, que se incrementó cuando le agarró del pelo, pero no como le hicieron alguna vez, suave, para separarlo de la cara y besarla, no. Le agarró del pelo y tiró fuerte de ella hacia atrás, y tras soltar varios gemidos, él se acercó a su oído, y con su inconfundible voz, le habló para decirle " ¿Te está gustando como te estoy follando puta?" ¿Tu coño chorrea como una zorra por usarte así, verdad?" y acto seguido, empezó a tener varios orgasmos en cascada.

Ella no lograba entenderlo pero la nueva situación le desbordaba ya. A cada nueva cosa que le estaba haciendo más se mojaba, más caliente se ponía y más ganas tenía de seguir probando cada idea o acción que se le pasaba a él por la cabeza.

Pero esas palabras retumbaban en su mente mientras él le seguía follando. En un momento, la desmontó, le dio la vuelta y empezó a follarla en misionero, pero al igual que antes, era distinto a lo que había probado antes. La besaba como si la quisiese devorar, la follaba como si quisiese atravesar la cama, así una y otra vez, y ella se dejaba hacer. Hasta que llegó el momento que nunca olvidará.

En un abrir y cerrar de ojos, él se salió de su coño y con un acto reflejo, la giró con fuerza y la tumbó boca abajo en la cama, y de un sólo golpe le metió la polla en el coño, y aplastó todo su cuerpo con tanta fuerza que sintió una losa encima, que además respiraba en su cuello. Era así, todo fuerza, todo pasión, y un toque de brutalidad, que le estaba gustando mucho. Bueno, no, muchísimo. Ese era el problema, era todo nuevo, pero era algo que le resultaba morboso y con muchísima tensión sexual. 

Y volvió. Repitió el tirón del pelo, y la manera de encajar la polla con mucha fuerza, y volvió a decirle "Te gusta zorra", y en ese momento recordó que nadie le había llamado ni zorra ni puta nunca. Ni mientras follaban. Pero le gustó. Le estaba gustando todo. Y ella articuló palabra, para lograr decir, "sí me gusta"...y él repitió "¿que te gusta zorra?" y su respuesta fue inmediata "Me gusta como me follas". Sí lo tenía claro. Ese tío, yo, le gustaba como le estaba follando. Nunca nadie le había follado así. Tampoco nadie le había hablado así. Y tampoco nadie le había hecho lo que fue el momento inmediatamente posterior a esas palabras que pasó.

Tras esa respuesta, el seguía en la misma posición: Ella debajo, totalmente aplastada. Él con su polla bombeaba su coño, y con una mano tiraba del pelo, semiarqueándola. Hasta que él, sacó la polla del coño, y empezó a metérsela en el culo, despacio, pero convencido y sin rechistar. 

Ella anteriormente con otros hombres lo había intentado, en algún caso, un par de minutos había dejado hacerse, pero nadie le había follado el culo. Él lo tenía claro. Esa polla que iba a entrar, no iba a salir de ahí hasta que se corriese.

Y así fue, empezó a imprimir más ritmo y fuerza a la follada, y ella estaba abriéndose, poco a poco, más y más, hasta que notó que se sentía llena, y volvieron a sentirse sus palabras en los oídos "Sabes que eres mi puta, y que este culo será sólo mío, ¿verdad Perseida?", y ella totalmente concentrada en esa polla oía vagamente sus palabras, pero resonaba "puta" en su mente...hasta que notó que él, estaba literalmente destrozándola de la intensidad y la fuerza con la que le estaba follando.

Sí, nadie le había follado el culo, y nadie lo había hecho, obviamente, con semejante ímpetu. La cuestión es que a ella, le estaba encantando. Y en ese momento de su boca salieron unas palabras.... "soy tu puta, sí, me encanta serlo...." 

No sabía ni como, ni porqué, pero en ese momento decidió y le apeteció decir eso. Y esas palabras sólo sirvieron para que la follada tuviese más ritmo, más ímpetu, y que el orgasmo de él, empezase a asomarse, ya que los de Perseida, simplemente no dejaban de seguir, uno tras otro.

Y llegó, llegó todo ese estallido de leche caliente dentro de su culo y Perseida se volvió literamente loca de placer y calentura. Había llegado el momento de decidir "ser tu puta para siempre....."

Para tí, H."petit".
 

miércoles, 11 de junio de 2014

¡Soy tu zorra! Fóllame contra la puerta! Capítulo I.

Sabía que iba a pasar...Nos habíamos que cruzado ya más que palabras, en realidad nos habíamos visto dos veces y en ambas ocasiones, la intensidad iba en aumento...pero esta sería la vez que la bomba iba a estallar de verdad. Yo lo deseaba y ella lo deseaba. Perseida quería más. Y lo quería ya.

Ese fin de semana, de un calor insoportable aquí en el sur, era el típico para ir a la playa, y estar el día entero vagueando. Pero no. Ella quería verme en su casa. Mi respuesta fue clara..."así como entre por la puerta, me desnudo que hace un calor insoportable" a lo que ella, además de no decir que no, añadió, "a lo mejor no pasas de ahí".

Total, solucionados mis asuntos, llegué a un Mojacar y me fui a su apartamento. Había que llamar por esos porteros automáticos de composición de números que sirven también como código de entrada. Un coñazo.

Busqué el piso, 4ºB y marqué la secuencia, 38 y campanilla. "Hola soy yo"."Pasa". Y enfilé el ascensor y al 4 piso y de ahí a la puerta B. Llamé al timbre y tras un corta espera, pero creo que demasiado larga, se abría la puerta y Perseida me recibía desnuda. La miré. La volví a mirar, y pasaron segundos. Y no dudé en besarla. Quería devorarla. Y se notaba que ella a mi también. Me comía la boca salvajemente. Me recordaba su ansia por comerme la polla. Le apasiona.

Pero mis neuronas pensaron que sería mejor más acción y sobre todo, pillarla desprevenida. Así, que me despegué casi nada de ella, lo justo para girarla y empotrarla con fuerza contra la puerta. Y se escuchó un gemido. Al tiempo con ella aprisionada contra la pared, me deshice del pantalón que caía, y el boxer a la vez y empecé a clavarla duramente contra la puerta. Las primeras embestidas no supe si eran de dolor o de placer. Las siguientes claramente de placer. Estaba chorreando.Como le ponía esa fuerza bruta, casi bestialidad. Lo había podido captar, cuando charlábamos de sexo, muy a menudo, nos gustaba divagar sobre las fantasías, y siempre denotaba que ella quería más. No quería simple sexo de metesaca. Necesitaba sentir pasión a raudales.

Así que como digo, mi polla, estaba follándola salvajemente contra la puerta, y ella no dejaba de gemir...cada vez más intensamente y con más sonoridad. Era un escándalo de mujer. Gritona y muy mojada. Y de sus entrañas salió, "soy tu zorra, fóllame contra la puerta"...


Y claro, sin olvidarnos que era multiorgásmica, desde casi el principio de cualquier encuentro. Era un empiezo y no paro.Y así era, y estaba siendo en ese momento. Se corría una y otra vez, y yo en la gloria. Pero quería más. Así que sin dejar de tenerla aprisionada con mi cuerpo y mi polla contra la puerta, la descabalgué un poco y decidí follarle ese culito que me encantaba, pero esta vez, un poco más fuerte y sobre todo duro.

Sin dudarlo, se la clavé de un golpe certero. Y noté como se quedó inmovil. Creí que le había atravesado el alma con mi polla. Un grito seco retumbó en aquel pasillo. Pero aquel grito dio paso a un movimiento muy lento de su culo. Y en menos de un minuto, mi polla estaba deslizándose en su culo con toda la facilidad del mundo.

Era curioso, no era una gran practicante del sexo anal, según me había comentado, pero después de nuestra primera experiencia, el gusanillo, le había picado. No entendía como se había perdido tanto en sus 30 años de vida. Una descarga tan intensa de placer y adrenalina, mezclada con morbo y pasión. Eso era lo que ahora mismo estaba atravesando su cuerpo. Y claro, esa mezcla bruta de fuerza y sexo anal, me llevaron a descargar por primera vez dentro de Perseida, allí contra aquella puerta.

Perseida era un flan. Entre rota, caliente y deseosa. Quería más y se notaba. Se movía, se deslizaba sobre mi polla,  una y otra vez. Le gustó y le gustaba.

Así que no me fue difícil volver a descargar otro orgasmo caliente en su culo y volver a notar como se rompía otra vez de placer. Era multiorgásmica y estaba descubriendo que podía también tener orgasmos anales. Nunca pensó tal cosa, pero estaba encantada.

Tras un rato más, decidimos pasar al sofá.... y pasar un rato de relax....que para Perseida significaba comerme la polla. Ese era su relax. Podía estar horas y horas. No se cansaba, era como su hobby. Así que me entregué a un placer infinito de una boca que es perfecta para mi polla, que se gusta mutuamente. Ella quería más, y yo disfrutaba más. Ella lo notaba y yo me calentaba. Era un círculo vicioso, pero, estaba feliz.

Aquella tarde no había hecho más que comenzar. Lo que vendría después sería una mezcla de sumisión, dominación, posesión y un toque salvaje de sexo...pero el capítulo II, ya está en el borrador.

jueves, 19 de diciembre de 2013

La profesora de griego: Perseida

Llamarse Perseida y ser profesora de griego, es como haber nacido predestinada a tu trabajo. Eso pensé yo cuando me dijo su nombre. Un congreso de docentes en el mismo hotel en el que yo estaba alojado hizo que por casualidad y coincidencia me encontrase con ella y de manera ocasional en el ascensor. 

En la misma entrada, esperándolo éramos 4 personas, ella, 2 colegas me pareció captar y yo. Cuando se abrió la puerta, me invitaron a acceder primero y cedí mi paso a Perseida, que decía que no, me invitaba a mi, y al final, que si tú, que si yo, entramos los dos, y nos "chocamos". "Perdón" y en ese momento la miré, ella a mi, y una sonrisa con una mirada cómplice nos cruzamos. Subimos al ascensor todos, y curiosamente, marcamos dos plantas, la 4 y la 6. En la 4, se quedaron sus dos colegas, y se despidieron diciendo que mañana le veían por la mañana. Quedaron sobre las 9 para desayunar (esto es un dato importante). Nosotros y digo bien, seguimos hasta la 6. 

Ambos salimos, por supuesto, esta vez, ella primero y sin ese choque que tuvimos antes y miramos la placa de las habitaciones y...bingo, los dos hacia el mismo lado. 

Como el pasillo era largo, aproveche para exclamar "siento lo de antes, pero tanta indecisión nos llevó a chocarnos. Y no soy nada indeciso, por cierto, soy Sacarino, un placer". Volvió a soltar esa sonrisa de antes y ahora ya diciendo "un placer Sacarino, me llamo Perseida y no te preocupes esas cosas pasan". No pude más que decir "¿Perseida? Que nombre más bonito y griego! Con lo que me encanta!".....y así es, pero ahí empezó todo. Y sí me encanta el griego. Globalmente hablando...todo! 

Y entonces ella empezó a charlar diciéndome que era profesora de griego, que le resultaba curioso que una persona como yo, de una cierta edad no escolar ni de universidad, recordase que Perseida era un nombre griego. Acabábamos de conectar. Era una mujer interesante, culta, y tenía ese toque naïf que es tan interesante. Llegamos a la habitación, la suya y ¡Oh! la mía era la siguiente. Charlamos unos minutos más hablando de estas coincidiencias, y cuando nos despedíamos, nos intercambiamos los teléfonos y nos dimos dos besos. Me gustó su olor corporal y sí...notaba que desprendía esa reacción química de tensión que tanto me gusta.

Entramos en nuestras habitaciones y después de un rato un mensaje en el móvil, me levanté lo acerqué y sí, era de Perseida, que me ponía "saludos vecino de habitación, que descanses y tengas una buena noche. Un beso, Perseida". Por un momento pensé en responderle con un gracias, lo mismo, etc,...lo típico...pero decidí ser un poco más "demonio" así que la respuesta fue "hola vecina de pared y habitación. No logro descansar y así no tendré una buena noche.Me está invadiendo el insomnio y además tu perfume se cuela por mi puerta". 

Ni un minuto pasó y el móvil volvió a sonar con "vaya!soy una abonada al insomnio, a las paredes, a los demonios, duermo poco o casi nada, pero aún así, las noches siempre hay que hacer que sean buenas. Mi perfume es malvado...o no"

Estaba claro que con semejante respuesta, una o no quería dormir, por el insomnio, y entonces, con esos mensajitos tampoco yo podría o en realidad, estaba jugando al gato y al ratón. Así que siendo como soy directo, mi respuesta fue rotunda: "Si no vas a dormir, es mejor que te guste mucho la pared, un buen demonio, y que el perfume tenga un buen sabor a la boca. Esto es un aviso".

No sabría si continuaría el juego, pero en menos de 30 segundos, volvía a sonar el móvil: "El que no podrá dormir eres tú, porqué esta pared nos separa y nos une, porqué el demonio fémina soy yo y mi perfume te ha capturado cuando nos despedimos". Curiosa respuesta, pero esto se gestaba como una lucha dialéctica y de presión mental. Lo que ella no sabía es mi parte más oscura...ese gente dominante que tengo y que estaba a punto de explotar, así que la respuesta esta vez fue a la altura de las circunstancias: "La que no quieres dormir eres tú, y yo puedo hacer que así sea. Una pared no nos separa, en realidad va a unirnos y mucho, y el demonio, está a punto de entrar por tu puerta y hacer desaparecer tu perfume. Último aviso".

Parece ser que había sido tan directo, que el susto se lo había llevado, ya que pasaron más de 5 minutos y el móvil no sonó. Cuando estaba ya con un ojo medio cerrado, volvió a sonar el móvil, y estando en cama y desnudo, me acerqué a la cómoda a cogerlo y apareción un mensaje tan corto, pero directo y clarificador: "VEN". 

En cama, desnudo, y mirando el móvil.Sabía que pasaría, sólo estaba esperando el momento y ese mensaje llegó justo cuando tenía que ser. Me incorporé, desnudo, y salí al pasillo a la habitación de al lado. Al llegar a la puerta, estaba entreabierta. Ahí empezaba todo.

No sabía lo que le esperaba, ella no lo sabía pero yo sí. Le estuve avisando .Pero ella era incrédula. Siempre fue de la clase de mujeres que se follaban a los hombres, pero que nunca un hombre le había follado a ella. Sabía que el primer contacto iba a marcar el resto del encuentro y sobre todo, iba a dejarle claro el tipo de hombre con el que se acababa de encontrar. Perseida era una devota mamadora, lo reconocía después, y lo proclamaba a los cuatro vientos, pero hoy iba a ser como una marioneta en mis manos.  Entré en la habitación y ella estaba allí, en la pared. En cuanto mi mano tocó su coño, nanosegundos fueron los que pasaron para encontrarla como un pantano. Deseaba y punto.Así que no tardé ni un minuto y mi polla la estaba follando contra esa pared y mi lengua lamiéndole el cuello. Gemía, muy poco, todavía se cortaba, pero el inicio me gustó....y además se delató: Le gustaba tanto que la follase, que hoy sería su condena. Iba a dominarla a mi antojo. No sabía en que momento, pero iba a ser dominada, y lo iba a saber, notar, catar y desear una y otra vez, cada noche que pasase después de aquella, y que se pajease pensando en aquel momento.


Perseida, era menuda, de una constitución física envidiable, con un pasado deportista, y eso se notaba. Buen culo, trabajado de años y caderas con su justo punto de sujección. Era delicioso agarrarlo contra aquella pared, y cuanto más la clavaba, más se retorcía..


Pero llegó el momento capricho y tenía el capricho. Me gustaban sus labios, besaba bien, así que pensé, esa boca, seguro que puede hacer más cosas....y me retiré despacio, la giré y la invité a recorrer mi cuerpo. Así lo hizo, empezó poco a poco a bajar, deslizándose por la piel, hasta que llegó a mi polla. 

Se quedó mirándola durante unos segundos, y acto seguido, desapareció en su boca, engullida. Como le gustaba comer, y como se notaba. Y cuanto más comía, más excitada se ponía. Empecé a mostrarle mis cartas y le agarré el pelo. Ejercía yo ahora de maestro de la ceremonia. En lugar de que me la comiese ella, era yo el que le estaba follando la boca. Despacio al principio y hasta la garganta después...tirando un poco de la cabeza. Se notaba como disfrutaba también. Esa boca, efectivamente, estaba diseñada para dar placer. 

Después de un rato largo, muy largo comparado con otras chicas, iba siendo hora de tomar yo cartas en el asunto....así que me fui directamente sin mediar palabra a comerle su coñito depilado. Soy fan de esos coñitos, ya que para disfrutar es lo más cómodo. Así que empecé a comerla, poco a poco, con detalle, para ir encontrando los puntos de placer de Perseida. Como notaba la humedad...le había puesto muy caliente, y ahora esa calentura la estaba yo disfrutando en la boca....así que decidí ser un poco más intenso y empecé a jugar con un dedo y la lengua a la vez y, efecto conseguido, Perseida empezó a retorcerse poco a poco. Gemía, ahora más y más...y hablaba, y pedía, ya empezaba a decirlo..."fóllame"....pero no...no iba a ser todavía, seguía explorando y ahora ya con dos dedos...alternando y preparando el terreno con su culito...nos lo ibamos a pasar bomba...ya que la noche no acababa más que empezar.

Seguí un rato más, hasta que de un golpe, me incorporé, y sin mediar palabra, se la metí hasta lo más profundo de su coño. El suspiro fue inmenso, y a partir de entonces sólo decía, "sí, sí, sí, sí...."

Pero iba a tomar el control total de la situación, y era el momento, ya que no era esperado.

Llegó el momento de la verdad, me dije a mi mismo. Sabía que la sorprendería, y que no se esperaría lo que realmente me apetecía..así que le dije "ven, vamos a jugar" y la desarmé. Bajada la guardia, era el momento, le había dejado ponerse encima y follarme, le había dejado comerme la polla, algo que le encanta, pero iba a saber exactamente quien es Sacarino. Así que utilizando mi fuerza bruta, Perseida iba a saber lo que es dominar, poseer y sentirse follada y usada.

De un golpe, la agarré y la tumbé boca abajo en la cama y la estiré. Ya tenía la cabeza enterrada en la almohada y mi mano hacía presión en el cuello y no se levantaría de ahí. Tengo mucha fuerza. Acto seguido, durante unos segundos empecé a meterle la polla en el coño, y sí, seguía mojado, pero su respiración la estaba delatando, le gustaba. Pero ese no era el objetivo. La saqué de coño y enfilé su culo. Y entró, suavemente, sin ningún problema. Lo deseaba otra vez. Pero esta vez iba a ser distinto. Todo el peso de mi cuerpo estaba encima, aplastándola. Y la fuerza de mi polla atravesándola ya, así que mi mano se fue al pelo, y tirando muy fuerte de él, acerqué su oido a mi boca, y le dije "eres mi zorra, verdad?" y le dije, "repítelo"...al principio no lo hizo, pero tiré más fuerte del pelo, y la metía más fuerte en su culo, y volví a repetir "eres una zorrita, eres mi zorra, y me lo vas a decir porque quiero que lo digas"...y de su boca salieron esas palabras: Perseida estaba ya tan caliente que todo le daba igual, y dijo "Sí, soy tu zorra", y volví a decir, "más fuerte y más alto" y ella, ya sin comtemplaciones, lo dijo "Soy tu zorra Sacarino".


Entonces no dejaba de gemir, emitía sonidos, sin sentido con palabras, pero que eran de placer, absolutamente, hasta que logro decirme "córrete" mientras yo seguía disfrutando de ese culo, así que volví a tirar del pelo, y acercar su oído a mi boca y le dije "tienes que pedírmelo bien"....y como no, no tardó nada en decirme "tu zorrita quiere que te corras en su culo".... Así que empecé a intensificar el ritmo de la follada y ella, no dejaba de gemir, moverse y volver a gemir.

Pero volvió a abrir su boca para decirme "...también en la boca"......mientras la follaba, no dejaba de gemir, pero quería todo...quería sentirme, quería servirse un final de banquete a gusto...y yo no le iba a dejar sin satisfacer.

Llegaba ese momento....así que la cama que se movía de lado a lado, mostraba que era el momento, y empecé a correrme en su culo....un primer chorro....e inmediatamente, la descabalgué, la giré, y me dirijí a su boca y Perseida, hizo el ademán de querer tragarla entera...y así fue....empezó a desaparecer toda mi corrida en su boca...exactamente como ella deseaba.





El primer round de la noche acababa de empezar....pero todavía quedaba más...había insomnio...así que nada mejor que continuar.....

 

miércoles, 13 de noviembre de 2013

Una cita a ciegas muy especial.

Quedé con él por medio de un chat en internet. Era en una de esas salas para hablar de sexo. Aquella noche estaba muy encendida y necesitaba algo más para llegar al orgasmo, así que me atreví y me corrí un par de veces hablando con un desconocido. Pero al final, cuando le dije que me tenía que ir, me dijo para quedar con él. Por las cosas que nos habíamos dicho, tuve un momento de irresponsabilidad y me animé. Quedamos esa noche en una estación de servicio de la autopista donde había un motelito.

Me puse una falda bastante ajustada que me llegaba justo encima de las rodillas y un tanga debajo. Sujetador negro trasparente y una camiseta de tirantes que dejaba ver mas de lo que tapaba. Me puse una chaqueta vaquera encima. Antes de salir cogí una caja de condones. Me había avisado que eran mas de uno. A medida que iba alejándome de mi casa en coche me iba excitando más. No sabía si lo que hacía estaba bien o no, pero en ese momento era lo que mi cuerpo me pedía.

Cuando llegué vi que había un coche aparcado donde me dijeron que iba a estar, y me acerqué vacilando, andando con mis zapatos de verano con tacón y mi bolso. Antes de llegar salió un tío del coche. No tenía menos de 30, pero tampoco parecía viejo. Iba vestido como me había dicho: vaqueros negros, camiseta azul ajustada y una riñonera de pana negra con una insignia de Valencia.

Después de asegurarnos de nuestra identidad, me cogió de la mano y me llevó al hotelito. Fuimos hasta el primer piso y antes de abrir la habitación me dijo que primero quería follarme y luego ver como me hacían lo mismo sus dos amigos. Le dije que no tenía miedo pero que en ningún momento me obligaran a hacer algo que de sobra supieran que yo no quería. “En cuanto quieras paramos” me contestó. Me abrió la puerta y me dejó pasar primera.

La luz estaba encendida, y no había nadie. Era una habitación con cama de matrimonio y dos mesitas. Las cortinas eran frondosas y estaban corridas. Había una puerta que daba al váter y que estaba abierta, y al lado contra la pared un armario bajo. Cuando oí que se cerraba la puerta detrás nuestro me di cuenta que estaba a solas con un tío que me iba a follar. Empecé a mojarme de nuevo.

Me quitó el bolso desde detrás y lo dejó caer despreocupado sobre una silla. Sin darme la vuelta me sujetó las muñecas en la espalda y la otra mano la llevó directamente entre mis piernas. Me sobresaltó un poco su decisión y me mojé mas aún. El lo noto. Soltándome se alejó un poco de mí y oí que habría un cajón. “No mires” me dijo. Volvió a acercarse y me llevó las manos a la espalda de nuevo. Oí el ruido de unas esposas y la sensación del metal frío alrededor de mis muñecas. Luego me atrajo hacia él y aplastó nuestros cuerpos mientras me levantaba la camiseta y me sobaba las tetas por encima del sujetador. Estaba completamente empalmado. Yo lo único que veía era la ventana con las cortinas cerradas. Le dejaba hacer, estaba muy excitada.

Entonces me levantó la falda hasta la cintura y dejando a un lado el tanga, me metió dos dedos por el coño. Intenté intensificar el contacto, pero agarrándome por las esposas no me dejó. Así, tal y como estaba, con la ropa completamente descolocada, me llevó agarrada por la cadena de las esposas hasta el armario bajo, y de un empujón me obligó a inclinarme. Tenía todo mi cuerpo a disposición suyo, completamente ofrecida a sus deseos. Me bajó el tanga de una vez hasta el suelo y me separó las piernas con sus pies. Mientras me seguía sujetando se tumbó encima de mí inmovilizándome completamente, y sin previo aviso me metió la polla. Empezó a follarme despacio. Yo intentaba aumentar el ritmo y el contacto, pero él entonces me agarraba más fuerte. Entonces empecé a tener un orgasmo, y otro detrás. Me corría y jadeaba, hasta que empezó a follarme con más fuerza, como para castigarme por mi prisa, y se corrió dentro de mí. Me acordé entonces de los condones, un poco tarde.

Se apartó de mí y me dejó levantarme. Me quitó las esposas.

- Date la vuelta – me dijo. Lo hice. Le vi completamente vestido sentado en una silla, descansando
-. Quítate la ropa – me dijo entonces.

Obedecí su orden. Quería más de lo que me había hecho, quería que cumpliese con todo lo que me había contado por el chat en internet. Así que me quité la chaqueta y la dejé caer al suelo. Luego me bajé la falda. La camiseta fue lo siguiente, y por fin el sujetador. Me quedé completamente desnuda delante de él. Entonces se quitó la camiseta y se bajó los pantalones hasta quitárselos junto con el slip que llevaba. Se volvió a sentar y señalándose la polla me dijo: es toda tuya.

Me acerqué y me puse de rodillas delante de él. Se la cogí con las dos manos y le pasé la lengua por el capullo. No dejaba de mirarme, pero en sus ojos se volvía a ver esa mirada de lujuria. Luego me la fui metiendo en la boca, rodeándola con mis labios y masturbándole con una mano. Empecé a notar cómo se le iba poniendo dura. Me acariciaba el pelo con la mano derecha y cerraba los ojos. Seguí chupándole hasta que me apartó la cara. Luego, cogiéndome por las manos me atrajo hacia él para lo cual tuve que separar las piernas. Me volvió a decir que era toda mía, así, que flexioné las rodillas, y me senté encima de su polla, despacio y haciéndome de rogar. Yo me apoyaba en el respaldo de la silla con las dos manos, mientras él me sobaba el culo. Le follaba a mi propio ritmo, hasta que su excitación llegó al límite y me dirigió él en el ritmo. De repente se levantó y me llevó al suelo. Allí siguió un poco más, pero paró y me sacó la polla. Yo no entendía. Me dio la vuelta en el suelo entre besos y caricias, y volvió a penetrarme el coño. Su polla dentro de mí subió la intensidad y volvió a estallar inundándome por dentro. Se volvió a correr, pero esta vez yo no. Cuando quise seguir, él se levantó. “Espera” me avisó, y vi como volvía a coger las esposas. Se colocó encima de mí. Noté su polla encima de mi culo, pero no me movía. Volvió a ponérmelas a la espalda, con la diferencia de que esta vez me tapó los ojos con algo que supuse era un pañuelo, por lo suave de la tela.

- Ahora van a entrar mis amigos, quieres seguir? – aquella pregunta me vino de lo mas extraña, puesto que yo estaba ardiendo y necesitaba que me follase. Le dije que todavía no estaba satisfecha y que quería más. Me ayudó a levantarme y me sentó en la silla donde había estado él. Me separó los tobillos y me los sujetó a las patas con cuerdas, por encima de lo que supuse eran mas pañuelos. También me ajustó los brazos al respaldo con más cuerda. Estaba completamente atada, inmovilizada, a merced de lo que quisiera hacer conmigo.

Me movió con silla y todo y calculé que me colocó justo enfrente de la puerta de entrada, con las piernas completamente abiertas, ofreciendo mi coño a la primera persona que entrase. Mi excitación me estaba matando, pero no quería quejarme. Oí cómo se ponía delante mío, y al de poco noté que empezaba a chuparme. Pero cuando iba a correrme paraba y me acariciaba las tetas. Yo me limitaba a jadear y a desear que me follase, pero no decía nada. Entonces oí que se abrió la puerta, y los saludos de aquel chico a otras dos voces desconocidas. Al instante noté unas manos en mis tetas y otra en mi coño, que me sobaban sin ningún tipo de recato.

Una lengua se coló en mi boca cuando yo jadeaba, y en ese beso me corrí.
Cuando hubo acabado mi orgasmo, estaba completamente mojada, chorreando. Notaba los muslos húmedos con mis propios jugos y el semen del primer tío. Me desataron y me llevaron hasta lo que creí era el armario de antes, y se repitió la jugada. Me incliné y uno de ellos me penetró sin avisarme y sin nada. Me agarró por las caderas para que no me moviese y me folló despacio un rato que se me hizo exquisito. Luego la sacó y me levantó del armario. No entendía. Otra persona delante de mí me sujetó, mientras el que me había follado me separaba las nalgas y me metía dos dedos por el culo. Con movimientos circulares no le costó mucho dilatarme. Lo siguiente fue su polla. Yo estaba agotada y tenían que sujetarme los dos con fuerza. Me elevaron agarrándome por los brazos y las caderas y me metió la polla por el culo.

El dolor fue intenso e intenté defenderme, pero solo conseguí que me agarraran más fuerte. “Paramos?” me preguntó el que me estaba sodomizando, pero yo no contesté. Esperó un rato así, y cuando me hube tranquilizado y volvió a arremeter hacia adentro. El dolor volvió, pero esta vez no hicieron caso a mi negativa y siguió follándome despacio hasta que se pasó el dolor y volvió un placer tan intenso, que el que tenía delante siguió con los planes. Se llevó mis piernas alrededor de su cuerpo, y mientras su amigo me follaba despacito, me metió la polla hasta el fondo sin ningún problema.

Justo tocaba el suelo con los pies mientras me follaban al mismo ritmo. Me movían de delante atrás y viceversa, mientras sus pollas me taladraban una y otra vez. El orgasmo no se hizo esperar, y cuando se me pasaba volvían a relajar el ritmo. Hasta que el que me follaba el coño se corrió entre envestidas que me lanzaban contra su amigo y hacía que me penetrara el culo con mas fuerza. Así que terminó, y el de detrás me llevó al suelo sin sacarme la polla en ningún momento. Se corrió en poco tiempo y se quedó un momento encima de mí, descansando. Yo estaba rendida.

Se levantó y me quitaron las esposas y la venda de los ojos. Alguien me dio la vuelta en el suelo, era el primer chico. Me besó en la boca metiendo su lengua y buscando la mía. Yo le correspondí a aquel beso. Por primera vez en esa noche acaricié su espalda y su cabeza. Metí mis dedos entre su pelo, y llevé la otra mano hasta sus nalgas. Empezó a excitarse de nuevo, así que le pasé dos dedos entre las nalgas. Su beso se hizo mas profundo y me separó las piernas con ambas manos. Luego me las llevó a las tetas y empezó a sobarmelas con fuerza. Entonces buqué y empecé a meterle un dedo, y eso le volvía loco. A medida que iba metiéndoselo él se excitaba más y notaba su polla cada vez mas dura entre mis piernas, así que dejé de acariciarle la espalda y le guié la polla hasta la abertura de mi coño. Pero en ese instante enloqueció de excitación y me sujetó las manos contra el suelo. Luego siguió besando las tetas, hasta que se decidió a penetrarme de nuevo. Me hizo daño de la fuerza con la que me metió la polla, pero sus jadeos y el olor a su sudor me excitaron mas todavía, y comencé a moverme como en toda la noche no había podido. Me soltó los brazos y me agarré a su cuerpo mientras él hacía lo mismo con el mío, hasta que tuvimos el último orgasmo de la noche.

Para ti, ลอร่า.



viernes, 16 de julio de 2010

Necesitaba un refresco. (relato escrito por Amatista,si,si....Amatista)

Fue entrar en la tienda con un calor espantoso en el cuerpo, y ver allí a los dos preciosos negros con sus camisetas de rayas y sus viseras americanas; seguía haciendo calor, dentro igual que fuera; los chicos me miraron de arriba abajo con cara de intención, y yo les respondí con la mirada más expresiva de que fui capaz: estaba encendida. La locura que me dio en esos momentos, la excitación que ya traía conmigo, sola, vagando por aquellas calles de cemento que reverberaban calor y más calor, la hora del día de la libertad sin nadie, qué sé yo, me empujaron como a un animal con un solo propósito, deshacerme en líquidos, morirme de sexo.

Agarré a uno de los muchachos abrazándolo por el cuello y lo llevé a mi boca sin mediar palabra. No se zafó, hoy día los chicos no dicen nunca que no a nada... Fue un beso pegajoso, de cuerpo entero y de lenguas infinitas. No sé qué cara puso el otro chico, el que en ese momento tenía la gorra en una mano, porque no le miré siquiera, lo cogí directamente sin apartar mi boca del primero y lo atraje también. Una boca, otra boca, una boca, otra boca, cuellos lustrosos de África brillando en marrón, qué piel, por dios... Mi saliva y su piel, sus brazos y mi cuerpo largo. No duró mucho porque enseguida me remangué la falda y conseguí quitarme las bragas sin dejar de besar. Sé que uno de ellos se acercó a la puerta a bajar una persiana, menos mal, aunque no era una hora de mucho tránsito esos chiringuitos de mil cosas siempre reciben algún cliente.

Recuerdo un mostrador pequeño en un lateral del local, justo enfrente de la puerta, a mano derecha, rodeado de botellas, cajetillas, cajas de cartón por el suelo, de todo. El resto de la tienda no serían más de 6 metros cuadrados, calculo ahora, y entre mercancías y cajas apenas quedaba espacio libre. Me senté en el mostrador, con la falda levantada en la cintura y sin nada en la parte de arriba (¿esto cómo fue?). El que parecía mayor, de camiseta azul marino, se estaba desnudando enfrente de mí mientras yo abría las piernas, el otro abría una caja de condones. El de azul se puso uno y me penetró, allí subida en el mostrador, apoyada en la caja y sobre papeles... Era una polla perfecta, perfecta para mí... Oh... Una polla que me llenaba por completo, que resbalaba por mi coño de mantequilla pese al condón, ¡yo estaba tan lubricada! Me encantaba cómo me follaba, se movía muy bien y me clavaba los dedos en las caderas para empujar fuerte, y era guapo, muy guapo, quizá aún más que el otro, el que me saludó primero al entrar y me pareció como un muñeco de lindo. Me corrí, muchísimo, pero seguimos follando; yo sentía cómo vertía mis jugos del coño al mostrador de cristal y me empapaba las cachas por dentro.

El otro chico había estado mirando todo el tiempo al lado de nosotros, tan lindo, tan quieto, y esa presencia tan gentil me excitaba horrores. Sin dejar de recibir los empujones del más alto, alargué un brazo hacia el otro y lo acerqué a la altura de mi cabeza. Pude abrirle la bragueta y él hizo todo lo demás, fue cuestión de segundos que estuviese allí desnudo para mí, empalmado y enfundado en un condón de color lila, que sabía ¿como a mora? Me metí su polla hermosa toda de un golpe en mi boca seca de tanto gemir, qué hermosa polla, por favor, pero no podía con aquella boca seca. Me solté de ambos y agarré la primera botella que encontré para beber, la bajé de un golpe entera, un refresco de naranja. Se me ocurrió mojar el condón lila en la abundancia de mi coño, así que me giré hacia el segundo y lo atraje para que me follase también. Qué suerte la mía, otra polla de mi talla exacta...

Realmente no sé cuánto tiempo estuve follando con este, porque volví a irme enseguida, para variar, pero seguimos y seguimos, y la sensación de desecarme de pura calentura me embriagaba, de verdad. Mis axilas y la parte bajo mis tetas chorreaban sudor, la boca se me secó enseguida de nuevo, qué calor... Y mis bajos estaban encharcados de lefas, mis jugos que llenaban la tienda de olor a animal caliente, un olor particularmente agradable, no lo digo solo yo, y que a mí me pone como a una perra... Tenía los ojos cerrados mientras me follaba el segundo, tan rico, y el primero me tocaba las tetas, los labios, me metía un dedo en la boca... Intenté de nuevo la maniobra de antes con los jugadores cambiados y le cogí a este la polla, esta vez la relamí de arriba abajo, con todo su sabor a frambuesa (seguro que las dos al natural tendrían un sabor delicioso, pollas morenas). Cuando la tuve bien mojada me la metí en la boca, y venga a mamar. Se me da bien mamar, lo siento, pero es una gran verdad; no me canso nunca, como sea un pene o un hombre que me gusta. Estuve comiendo la polla del alto mientras el otro dulce me follaba, y me corrí por lo menos otra vez más. Estaba tan caliente, tan mojada, tan abierta... Entonces no tenía tiempo para atender a tantas sensaciones, pero ahora recuerdo mis cachas sobre el duro mostrador, casi lastimadas, y el gran charco mío haciéndolas sonar a cada empujón, y eso me hace excitarme tremendamente de nuevo...

En un momento dado el que me follaba comenzó a respirar más fuerte y a gemir, y se corrió dentro de mi coño durante mucho tiempo; me encantó la manera de correrse, se le veía tanto placer en la cara, parecía que no acababa de eyacular nunca. Nos contagió su delirio; yo volví a la otra polla con furor, enseguida hubo otra eyaculación en mi boca, una corrida fucsia en el condón de frambuesa.

Nos soltamos, se quitaron las gomas de colorines (luego habría más, una fiesta de condones como globos de colores), yo cogí otra botella de refresco y bebimos los tres. Yo bebo, tú bebes, él bebe, yo te beso, tú me bebes, él nos moja con refresco de naranja, y otra batalla de lenguas y manos y uñas en el pelo. No habíamos cruzado media palabra en todo el tiempo desde que yo me lancé, pero nos llevábamos bien, había entendimiento, vamos. Siguiendo con eso me lancé al ruedo, ya se sabe, los besos en algunos casos conducen a las mamadas, porque las pollas nunca se aburren de que las bese... Bajé a comer y en aras de la sensatez cogí otros preservativos, una ciudad llena de gente de todas partes como Barcelona y dos jóvenes de barrio no son como para experimentar. Puto condón. Pero fui buena y repartí, condón verde para el alto, condón rojo para el dulce, mamada para ti, arrodillada en el suelo, larga, gustosa, ahora mamada para tu amigo alto que está pacientemente esperando a nuestro lado, mamada y mamada y mamada y sacadme de aquí o rompo las putas gomas a mordiscos y os la chupo hasta dejaros secos...

Me levanté y me di la vuelta, hacía rato ya sin falda ni nada de nada, totalmente en cueros rodeada de cachivaches de una tienducha de horario especial, me dejé tocar por las cuatro manos. Qué locura, qué delirio. Me abrían el culo, me separaban las piernas, me sujetaban las tetas, yo les indicaba con mi mano que apretasen más, fuerte, fuerte. El más alto se colocó en posición y yo apoyé las manos en el mostrador. Entró hasta el fondo, haciéndome gritar de placer. Era insoportable, yo estaba tan mojada y cachonda que creo que mi culo se podía ver abierto a simple vista. El pequeño me acariciaba por todas partes, o yo qué sé quién era, y en un momento dado, cuando yo me corrí y mi corrida me goteaba por las piernas, este me las acariciaba siguiendo las gotas, ¿qué estaría pensando? En cualquier caso fue un detalle exquisito. Acto seguido, se puso él detrás y continuó follándome, sin yo poder apenas gemir de puro éxtasis, desparramada sobre el mostrador y con las piernas perdidas de mi jugo. El alto, más impaciente, rodeó el mostrador y me plantó la polla en la cara para que se la siguiera chupando; esto puso al otro como un loco de caliente y empezó a darme tan fuerte que yo casi tenía que parar de chupar para gritar, hasta me dio un tímido cachete, pensé yo “Cómo serán estos golpes cuando tengas más años”. Se corrió.

Nueva recolocación y cambio de escenario, giro hacia las estanterías de enfrente y a recostarse en una especie de estante largo en medio de la tienda. Me subí encima del alto y lo follé bloqueándolo con mi baile de coño; ¡me corrí como una loca!; en parte esta era del pequeño, pero se me había ido antes de tiempo, este en cambio no se corrió. Me metió un dedo en el culo y me siguió dando desde abajo, cuando yo ya había dejado de fregarme con su polla dentro. Qué vigor, qué exactitud, qué manera de acoplarse bien dos cuerpos desconocidos... El pequeño, mi dulce pequeño, vino también y yo le indiqué que se apostara al lado aunque había apenas sitio para dos en aquella tabla. Mientras me follaba uno yo besaba al otro, le acariciaba los huevos, las piernas, hasta que me recuperé de mi anterior orgasmo (¿cuántos llevaba?) y decidí cambiar de polla. Santa paciencia, ahora condón naranja. Me clavé pues la naranja hasta el fondo de mi coño dilatado, reconozco que a esas alturas de la película mi vagina tenía que parecerse bastante a un estanque, pero la muy cabrona seguía contrayendo sus músculos y dándome placer...

Llegó el momento, o algo así debí de pensar, e indiqué al alto que se levantara y viniera por detrás. El pequeño me cogía la cabeza cada dos por tres y me besaba con fuerza mientras me follaba, era uno de esos hombres a los que les cuesta estarse quietos cuando meten la polla dentro aunque los pongas abajo, o quizá era simplemente inexperto; su beso me hacía algo de daño, pero eso me gustaba, porque mientras me tenía sujeta con su boca sentía al otro tanteando el agujero de mi culo para entrar, sin yo poder verlo, aunque mi mano guiaba, siempre una mano guiando cuando se trata de desconocidos... Ya noté su polla lista para entrar y me zafé del beso del pequeño, que obedientemente se quedó quieto esperando órdenes para iniciar al baile a tres. Me giré y le dije al alto entonces con la voz ronca “Entra despacio”. Creo que habría sido igualmente la penetración anal más fácil de toda mi vida, con tanto calor, tanta excitación, pero él obedeció y comenzó a empujar lentamente, sin moverse atrás ni una micra, qué listo. El pequeño tenía una expresión de concentración que daban ganas de comérselo, esperando a que su ¿hermano? ¿amigo? diese la indicación para comenzar el ajetreo. Yo creía explotar, tan cachonda y fuera de mí, sintiendo cómo se me iba llenando el culo de la polla del chico, esa sensación tan típica del sexo anal que parece que es imposible meter nada, que vas a reventar y sin embargo te da tanto placer que quieres que te llenen del todo... A mayores, con el coño ocupado por la polla del otro chico, estaba a punto de morirme de gusto, ¡pensaba que no podía soportar tanto tanto placer!

No puedo decir mucho más, sé que me corrí casi inmediatamente y que mi negrito listo siguió zumbándome el culo algunos minutos a placer hasta que lo oí gritar cuando eyaculaba; el que estaba debajo de mí se corrió bastante pronto también, antes, creo, y luego ya no recuerdo, sólo el jadeo de los tres tirados por la tabla-estante con un estropicio de productos de alimentación por el suelo. Nos levantamos despacio, sobre todo yo, que estaba aturdida (¿llegué a perder la conciencia?), y tardamos aún un rato en empezar a movernos y a recomponer aquello.

Despedirse, ¿después de no haber intercambiado ni una frase? Complicado, quizá hasta sobrante, pues todo había sido tan improvisado, tan impetuoso, tan perfecto... Cuando estuve por fin vestida y ellos también, y el aspecto de la tienda era más o menos decente sin papeles de condones ni botellas de refresco por el suelo, los besé por última vez. Primero al dulce, lindo, un beso largo y tierno; luego al mayor, otro beso largo más intenso. Cogí mi pequeño bolso en la mano y con el sabor de sus bocas en la mía dije “Adiós” y abrí la puerta.

Ya estaba saliendo y mirando la luz cegadora de la calle al final de la galería donde estaba la tiendecita, cuando noté que no quería irme así, que me faltaba algo. Y me di cuenta de que me parecía injusto, ya puestos, que el pequeño no hubiera probado su penetración anal, ¿no?. No sé si razoné bien o mal, el caso es que me di media vuelta, entré de nuevo en la tienda y lo cogí por el cuello y lo besé hasta notar su polla de nuevo dura en el pantalón. Esta vez el mayor no se movió, los había cogido a los dos por sorpresa... Fui llevando al mayor hacia el mostrador apoyándolo contra él enfrente de mí, a la vez que frotaba mi culo en el paquete del pequeño. Me levanté la falda y el pequeño me bajó las bragas, mientras tanto el mayor buscaba mis tetas por el cuello de la camisa abriendo botones y mordiéndome los labios. Oí el ruido de un preservativo que a día de hoy no sé de qué color era porque no me giré a mirar, y me abrí las cachas con una mano. El pequeño entró en mi coño, y sé que sonreí. Le dejé darme gusto un par de minutos y enseguida me saqué, para llevarme su polla a mi culo aún sensible de la penetración anterior. El mayor me sujetaba la cabeza, y me tocaba por todas partes, las tetas, la boca, el coño, me pellizcaba... Fui agachando la postura para facilitar la entrada por detrás, y yo misma saqué la polla del alto que tenía enfrente. Condón amarillo limón al instante, “Qué buena escuela tienen estos chicos”, pensé yo. Empecé a comérsela mientras mi dulce se esforzaba para follarme el culo, su primer culo, probablemente, pero me parecía bien que fuese el mío, después de aquella sesión de tarde...

Tuve que dirigir la operación con una mano, animando a empujar o frenando cuando era necesario, pero poco a poco la polla se fue abriendo paso y mi culo se dispuso a engullir de nuevo, lo sentí todo abierto otra vez. Ya estaba casi toda dentro y yo ya estaba disfrutando; quité mi mano de la polla del pequeño y la dejé frotando el clítoris, acompañando la penetración, pero sin soltar la polla del alto con la otra mano. Entonces me dediqué a comer y a comer, tanto, que me olvidé de tocarme, colmada con el culo lleno de polla y la boca llena también... Por fin recibí la estocada, toda la tranca dentro: el pequeño se había desvirgado, me había clavado toda su polla por detrás y me sacudía con locura, parecía que iba a atravesarme entera. No podía mover mucho la boca porque ya iba a correrme y me costaba mantener otro ritmo, pero no dejé escapar al alto en ningún momento. Cuando no pude más lancé un gemido como de vaca pariendo, de hondo, y noté mi vagina libre, vacía, desesperada escurriendo su placer sin nada que frenase las lefas una vez más, y en ese momento también noté cómo la polla que tenía dentro del culo se hinchaba y se ponía rígida, el pequeño estaba teniendo un orgasmo también y eyaculaba dentro de mí. Esto fue lo que animó al mayor, supongo, que cerró los ojos y soltó también su corrida dentro de mi boca, casi al tiempo que nosotros...



Esto, más o menos, es lo que soñé yo esta tarde mientras dormía una larga siesta. Me desperté tan mojada que tuve que masturbarme al instante, frotándome el clítoris con dos dedos y metiéndome mi varita de cristal por el culo mojado. Como en mi sueño, me corrí enseguida, rapidísimo. Mientras lo escribía, ya de noche, estuve tocándome y recogiendo gotas de mi vagina todo el tiempo, mojé la silla de mi escritorio y tuve que parar a masturbarme un par de veces más, retardando el orgasmo porque de nuevo me quería venir al instante. Ahora son las 5 de la mañana, la hora en que ciertos bares están llenos de borrachos salidos. ¿Me iré a dormir...?



PD.: Esto lo ha escrito Amatista, la estrella de este blog. Todos los derechos, royalties, negros o blancos calientes que pudiesen salir de aquí, y orgasmos potenciales, tendrán que serle entregados a la mayor brevedad. Dejad comentarios y veremos como.... ;)

domingo, 14 de febrero de 2010

Cris y la pasión turca....Parte 1

Y todo empezó delante de dos vasos de licor.Cris y Sacarino, se sentaron a dialogar del tiempo, de la vida, del paro juvenil y de otras coñas varias.....

Se estuvieron tanteando, era un ciberencuentro llevado a la realidad....había una química especial, y en persona detectaron que sólo faltaba un mechero para encender dos mechas que ya ardían bien solas.

Era la una de la madrugada de un viernes del invierno del 98, en Trujillo, ciudad extremeña, con poca vida, no mucho bares, pero con buena comida. Ese día en la tele, recuerdo que iban a poner "La pasión turca", la película de V. Aranda. Esta puesta TVE, y mientras Cris y Sacarino le arreaban ya al tercer licor de frutas, y Sacarino, por casualidad, se fijó en la pantalla de la TV, cuando vio la escena inicial de la película, y Ana Belén, y aprovechó para lanzar un dardo envenenado a Cris, "mira, hoy ponen la Pasión Turca en la tele, bonita película"..y Cris respondió " no lo sabes bien, es mi preferida, tanto para la ficción como para la realidad".

Aquello sonó a toque de corneta, como si el cabo furriel llamase a filas. Todos a formar que vamos a la guerra.

Y ahí empezo el relato de Cris y su pasión turca.......

domingo, 21 de junio de 2009

Catarata de sensaciones........(parte I)

Y sonaba aquella canción en la radio....."morena mía"......Miguelito Bosé....en plena apoteosis triunfal de su tema....callejeando por Gijón, mientras ponía rumbo al parking...quería dar un paseo por el Cerro de Santa Catalina.

Aún así...quería un poco de relax...después de una semana de duro trabajo, necesitaba respirar aire puro. Tanto vuelo europeo cansaba. Si, era piloto comercial. Dicen que es un chollo, pero no, para nada. Hoy duermes aquí, mañana allí..lo único bueno que tenía? conocer mujeres...muchas y muy variadas...pero ya me estaba cansando....al final...siempre era lo mismo.

Pero hoy me apetecía el descanso merecido, tres días de relax, en casita. Había llegado al aeropuerto de Asturias ese mismo día, y me apetecía sentir el olor del mar. Tanto vuelo a Berlín, cansaba, alemanes cuadriculados.....

Pero volviendo a la realidad, y de camino al parking, me puse a recordar la cara de una pasajera....la había visto subir en Heathrow, de donde veníamos....y la verdad....cuando atrevosó la puerta del avión, fijarme en su cara fue lo primero, pero sus labios me llamaron la atención absolutamente. Eran perfectos. Tenían un volumen ideal, un grosor más que generoso, y una forma deliciosa. Claro que en cuanto me fijé....ella se dio cuenta. Tampoco quise negar que la miraba, así que le dediqué una sonrisa, con muchas ganas, me había dado un poquito de alegría a la mente...y el cielo gris de Londres...hacía que mi humor fuese un poco más bajo de lo habitual.

Como decía aquella cara tan guapa y atractiva, fue a parar con sus huesos a Business...así que la tendría cerca, y en una de nuestras salidas de la cabina, aprovecharía para saludar....

Pusimos el avión en marcha, e iniciamos las habituales operaciones de despegue, y enfilamos el cielo de Asturias...atrás dejaba la niebla, y buscaba el sol, que no es que haya mucho por esta tierra, pero si mucho más del que dicen. Ya en vuelo cuando llevabamos un buen rato sobrevolando el Atlántico, la visita de rigor a business, y allí estaba, medio adormilada, con una cara deliciosa, aproveché para observarla nuevamente, y un sentimiendo de deseo sobre aquellos labios, me sobrevino....hacía un tiempo que no tenía sexo, por cuestiones de trabajo, siempre de un lado a otro, y aquella boca.....me transportó, pero debía dar un poco de conversación a los VIPs, así que me concentré en otros pasajeros, hasta que ella, se desperezó de su sueño, y pude dirigirme a ella también.

"Que tal el vuelo srta? Soy el Comandante Vigilio, deseo que se encuentre cómoda"..esa era mi frase habitual de contacto con todo el pasaje business....y ella respondió"muy bien, al menos de momento, buen despegue, pero me gusta llegar y sobre todo aterrizar bien, un vuelo completo, es desde el inicio hasta el final. Vamos a ver que tal lo hace vd....me gustaría decirle al final del mismo que tiene buenas cualidades como piloto....ya que como hombre, se le presuponen......!"

Vaya dardo....así me lanzó. Me quedé un rato inmovil, sin saber que responder, y ella retomó su conversación, "por cierto, al bajar del avión le preguntaré si conoce Gijón alguna cosilla para organizarme. Es la primera vez que estaré allí, conoce la ciudad, no?", y respondí, "Soy de Gijón, la conozco bien, muy bien. Además allí estaré estos días de descanso que tengo." Y ella diligentemente, "Ah si? Pues que bien....creo que podría hacerme de guía turístico...jajaja.....". "Será un placer, creáme srta........" "Srta. Granada, como la ciudad, o como las bombas que explotan...., me apellido Granada".

Y aquella conversación quedó grabada en mi mente durante aquel vuelo, una vez que finalicé de saludar a todos los pasajeros de business. Ya a los mandos del avión, pensaba en el aterrizaje....tenía que buscar el mejor aterrizaje de mi vida....aquella mujer me tenía bajo observación, y he de decir, que me atraía, y que veía como aquellos días de relax, podían ser realmente de relax y placer......

Enfilamos pista, y después de la autorización de la torre de control del Aeropuerto de Asturias, empezamos a tomar tierra, como nunca había hecho, además, las condiciones meteorológicas estaban a mi favor, viento de cola, no mucho, buena visibilidad...los astros se conjuraban a mi favor....y en unos minutos, un aterrizaje perfecto.

"Armando rampa", y ya los pasajeros como siempre inquietos por salir, excepto aquella mujer, Granada, de lo más tranquila en su asiento. Fueron saliendo uno a uno, hasta que quedaban dos más rezagados, y yo salí de la cabina. Ella estuvo esperando a mi encuentro, y empezó a moverse. Aguardaba mi pregunta, y así lo hice "Ha sido de su agrado el aterrizaje Srta. Granada?" Y ella respondió, "Comandante Vigilio, mi enhorabuena, todo lo que se presupone, como buen piloto, lo tiene. Ha hecho vd. unas maniobras perfectas. Todas son iguales, o mejor dicho, todas las hace igual de bien?"

Aquella mujer, lanzaba dardos envenenados de deseo por aquella boca, pero sabían a gloria, así que decidí lanzar yo mi puya, y ver que pasaba. " Como bien dice Srta. Granada, como buen piloto, tengo que tener una buena capacidad de reacción en situaciones diversas, así que todas esas cualidades, intento llevarlas a la vida real, para que puedan disfrutarse", y me quede tan ancho........

Ella, lo cazó al vuelo, nunca mejor dicho, y su respuesta, que era la que buscaba no se hizo esperar: " Pues muy bien, habrá que ver que bueno es vd. como guía, eso habíamos dicho, no? Apunte mi teléfono, para poder localizarnos o bien, venga a buscarme al Hotel Hernán Cortés, allí me alojaré unos días, antes de ir a Madrid".

Aquella Morena, como la canción que sonaba en la radio, me encandiló por sus rasgos, una mezcla de occidentales y orientales. Pensé que al final toda aquella escena del vuelo, del intercambio de teléfonos, no habría servido para nada, simplemente un juego que nos iba a hacer pensar un poquito cuando cada uno durmiese esa noche en su cama.

Pero me equivocaba.

Llegando al parking de la playa de San Lorenzo, el móvil sonó, y en la pantalla vi un número desconocido. No sabía si responder, por si era una teleoperadora, para venderme algo, pero como ya estaba en modo relax, dije...allá vamos...y que bien hice.

"Diga?"...."Vigilio, pensé que sería más rápido y habría entendido mucho más.....no se si me habré equivocado....."....era ella, Granada...., tenía que contraatacar, aquella mujer era un maremoto, un tsunami...pisaba fuerte, muy fuerte, asi que, moví ficha, pensando donde estaba, " Pues claro que se ha equivocado. Estoy aparcando ahora mismo, a 5 minutos de su hotel. Iba a ir a buscarla"..y ella, con un golpe de autoridad exclamó "sabía que caería rendido a mis encantos...no tarde".

Y se cortó la comunicación. Pero claro...y estaba pensando, que quería aquella mujer de mi?

Pues a los 5 minutos ya lo sabría....Estaba en la recepción del hotel, y pregunté por la habitación de la Srta. Granada. La recepcionista, me pidió que aguardase unos instantes que iba a comunicarse con la huesped para saber, si podía facilitarme esa información. Esperé, y acto seguido, me pidió que me acercase, y me pasó el teléfono, y escuché: "Te van a llevar a la piscina climatizada, me apetece darme un bañito. Como imagino que vienes todavía con las alas puestas,jajaja, me he permitido el lujo de ofrecerte una de las estancias de mi suite para que te duches, y puedas aparecer aquí, donde yo me encuentro ya. Te facilitarán de todo para que puedas acompañarme. Espero que te guste el Moët...a mi me vuelve loca......"

Estaba alucinando por colores. Una mujer que apenas hace 5 horas ni existía en mi vida, estaba manejando los hilos como si fuese toda una experta. Allí el botones esperando a mi decisión, soltó un "Caballero, cuando quiera......", y subimos a la planta de las Suites.

Me puso frente a la suite, y me abrió la puerta, así que desenfundé la cartera y le di una propina de 2000 pesetas. Entré, y me di cuenta...de lo bien que se cuidaba la Srta. Granada. Fuentes de fruta por un lado, cubiteras con Moët....y unos 300 m2 de suite en 4 habitaciones, de las cuales, una estaba cerrada. Puse rumbo al baño, y allí encontré albornoz, toallas, zapatillas, bañador...vamos de todo para ir a darme un baíto en breve....así que me lancé a la ducha, a darme un poco de relax, ya que lo merecía después de 5 horas de arriba y abajo por los aeropuertos y el espacio....

Así que aquella ducha empezó a ser tan reconfortante, que me quedé allí debajo de ella varios minutos, hasta que estando de espaldas a la puerta, noté que unas manos tocaban mi culo.....Me giré y vi una sonrisa en unos labios deliciosos, unos ojos semirrasgados, un piel muy muy morena, y una escultura corporal, desnuda....con una característica que me hizo vibrar.....estaba totalmente depilada.

Obviamente, sabía que allí iba a pasar algo gordo....me venía a buscar desnuda.....
y yo no quería ser un hombre fuerte y resistente a la tentación....no podía ser resistente a la tentación de aquella morena, de sus ojos, de sus maravillosos labios......estaba empezando a imaginar cosas, cuando de repente.....Granada estaba en la ducha y arrodillada frente a mi, mientras había comenzado a comerme la polla.....

Era algo sin igual, nunca había sentido una sensación parecida...una mamada, bajo una ducha, pero con unas ganas.....y sobre todo con unos labios.....espectaculares.....la miré a los ojos, y pude observar una sonrisa maliciosa, mitad de placer y lujuria y mitad de pequeña diablilla.....y me preguntaba que quería hacer. Pues lo tuve claro en apenas unos minutos....

Empezó a imprimir un ritmo particular con su boca acompañando con las manos, masajeándome.....hasta que sólo puede soltar varios suspiros seguidos, y exclamar...."Granada...voy a explotar......" a lo que ella respondió...."no sabes todavía cuanto....lo que te espera". Vaya amenaza más velada, gustosa, pero velada.

Y efectivamente me corrí, no pude aguntarme más y Granada, puso una cara de deseo, que hizo que viese que estaba haciendo algo que le gustaba, que le proporcionaba placer....decidió sentir como me corría en su boca.....

Acababa de empezar la fiesta....así en una ducha......

Continuará....